miércoles, 24 de agosto de 2011

Las razones matemáticas espian la "mente de Dios" (metáfora)

Las razones matemáticas trascienden la realidad sensible.
Las razones matemáticas no tienen cuerpo, ni figura, ni cualidad, ni cantidad, ni peso.

No están en ningún lugar. Ni la vista ni el tacto las perciben. Ni la alcanzan los sentidos.
No sufre desorden ni perturbación procedente de pasiones terrenas.
Los acontecimientos sensibles no la esclavizan ni la reducen a la impotencia.
No necesita luz.
No experimenta mutación, ni corrupción, ni decaimiento.
No se le añade ser, ni haber, ni cosa alguna que caiga bajo el dominio de los sentidos.

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